EL AUGE DE LA AMAPOLA Y CÁÑAMO

 


El Auge de la Amapola y el Cáñamo

Es el tercer libro de la serie: Historia del Narcotráfico en México, en este volumen se da cuenta del México en la época de la postguerra un México que pasaría a ser gobernado por primera vez en los últimos 50 años por civiles, iniciando una etapa de gobiernos que buscarían el desarrollo del país a través la infraestructura pública y la industrialización. Esta etapa de 24 años inicia con el sexenio de Miguel Alemán Valdés y culmina con el de Gustavo Díaz Ordaz, durante la misma se privilegió el presidencialismo y en torno a este se alimentó el desarrollo de caciques regionales que generalmente ocuparían las gubernaturas de los diferentes Estados de la República. Muchos de estos caciques fueron militares revolucionarios que mantuvieron sus cotos de poder durante estos años, algunos otros fueron nuevos políticos que siguiendo el ejemplo de Alemán Valdés se hicieron a la sombra de los militares, en una generación que se autoproclamaría como “los Cachorros de la Revolución”. Estos caciques regionales terminarían adueñándose del fructífero negocio   la producción de cáñamo y amapola, que había quedado después de que EEUU suspendiera las compras una vez terminadas la segunda guerra mundial, el negocio remanente sería tomado por la mafia italonorteamericana que se asociaría con caciques locales para poder contar con la producción necesaria.

Durante la década del 60 y tras el estallido de la guerra de Vietnam y la transición generacional de la postguerra, surgiría en Estados Unidos el movimiento de la contracultura que estaría acompañado de un proceso de cambio social que veía en la experimentación y en el impulso de la curiosidad por conocer nuevas formas de expresión y de conocimiento, una forma de vida nueva. En este entorno que coincidió con la masificación de la educación universitaria en Estados Unidos, cientos de jóvenes norteamericanos empezaron a probar y consumir marihuana, pero también una parte de estos experimentarían con LSD, anfetaminas y heroína principalmente, era la época del “Sexo, Drogas y Rock and Roll”. La mayoría de estos jóvenes no se volverían adictos a estas drogas simplemente vivirían experiencias pasajeras en torno a las drogas, pues no había ningún componente social externo que los obligase a sustraerse de la realidad a través de las drogas, por lo que seguirían sus vidas en los campus universitarios y participando en movimientos políticos y sociales que se opondrían a la guerra de Vietnam y a la segregación racial en Estados Unidos.

Aquellos jóvenes norteamericanos que se vieron inmersos directamente en el conflicto armado en Vietnam vivirían otra historia, muchos quedarían lisiados, traumatizados y marcados por los horrores de la guerra. Durante su tiempo en combate recurrirían al uso de las drogas para buscar un escape de la realidad que les golpeaba diariamente, muchos se harían adictos al tabaco, el alcohol, los barbitúricos, la marihuana y la heroína; a su regreso a casa en los campos y barrios marginales de las ciudades y pueblos de Estados Unidos, crearían un mercado de consumidores que buscarían satisfacer su adicción de alguna manera.

La mafia italonorteamericana y nuevos actores gansteriles en los suburbios neoyorquinos de Harlem y el Bronx estarían allí para cubrir la demanda con marihuana y heroína proveniente del sudeste asiático, Afganistán y México.

Durante la siguiente década este fenómeno sería utilizado como una herramienta política por el gobierno de Richard Nixon.

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